blog dedicado al arte, informaciónes puntuales de temas culturales, políticos, económicos y familiares
miércoles, 21 de noviembre de 2012
martes, 6 de noviembre de 2012
El
Bar Chisparra o la televisión en Ubrique.
Hablar
de la televisión en Ubrique es hablar de dicho bar. Este bar tuvo un
emplazamiento anterior, dos puertas más arriba del Callejón del
Santo, que además de ser la casa de sus dueños, tenía una forma de
ele, que daba también a dicho callejón. Donde Antonio Carrillo, que
era el propietario, tenía una carbonería, que hasta entonces había
sido su medio de vida. Tenía un par de mulos, acarreaba carbón y
luego lo vendía su mujer en esa parte final de la casa.
Este
hombre era una persona bastante culta en su tiempo, ya cuando tenía
el bar solía hacer el crucigrama del ABC todos los días y daba
gusto escucharlo hablar de temas que normalmente estaba bien
informado.
Cuando
llegó la televisión a Ubrique uno de los primeros que la instaló
fue D. Norberto Aparicio, un fabricante de artículos de piel, que
tenía un gran prestigio en el mercado nacional.
Vivía
este señor en la calle Real y en el mismo edificio tenía su casa,
como Ubrique está en un valle, las ondas “nos pasaban por arriba”,
por esto había que buscar altura para instalar una antena, que en
los comienzos, eran todas individuales.
Primero
fue Aparicio quien instaló su antena, exactamente un cable desde su
casa hasta la cruz del tajo, dicho tajo puede tener unos 90 mt. desde
la base y otro 70 mt. de desnivel hasta la casa, más la distancia,
por encima de los tejados. Bien podía tener unos 250 mt. de
longitud, y así ya podían ver la televisión.
Antonio
con el pequeño bar primigenio, no le iría mal cuando se metió en
comprar un local frente al San Antonio, antes había estado allí la
fabrica de Chaves. Más adelante se hizo su vivienda encima.
Al
comienzo lo alternó durante un tiempo con Juan Benítez, barbero
procedente del Bosque, que se trasladó aquí con toda su familia,
allí en un espacio puso su sillón y su espejo y la gente entraba
tanto a tomar un vino como a pelarse.
Allí
he visto también a Antonio tomar unos alicates y en el sillón del
barbero sacarle una muela a un hombre que estaba desesperado. Esa era
lo odontología de la España de Franco en los 60, sobre todo en
pueblos. Que también es para dedicarle en artículillo.
Estos
eran tiempos de cambio acelerados de progreso de una España agraria
y muy retrasada a algo más moderno, por tanto el carbón estaba en
desuso, cada vez más, comenzaba el infernillo de petroleo o mineral,
que también trataré su historia en otra ocasión.
Antonio
que era una persona con visión comercial, instaló su televisión en
el bar, de los primeros aparatos que hubo en el pueblo. También tuvo
que instalar la antena en la Cruz del Tajo, Le cogía un poco más
cerca que a D. Norberto
Como
era una novedad y tenía un poder de atracción impresionante, el bar
se le llenaba de niños, muchas veces hijos de los clientes
habituales o vecinos y otras veces de lugares bastantes distantes.
Ante esto Antonio se puso en la puerta y a todo niño que no consumía
le pedía una peseta y los ponía debajo del televisor que estaba en
alto. Y así todos contentos.
De
esta manera pudimos ver los resúmenes de los partidos de fútbol que
se ponían los lunes por la tarde, corridas de toros, series como
Bonanza, El hombre de Cipol, concursos como Gane Ud. su viaje, que
conocimos a un tal señor Castaño, que lo sabía todo de Hamburgo,
Los primeros estudios 1 que ponían en pleno Franquismo obras
bastante avanzadas en su tiempo, de autores que años después
pasaron a ser malditos par el régimen. Hasta el Tenorio lo vi con mi
tía María López.
También
fue uno de los primeros bares que tenia nevera y en verano le fui más
de una vez a comprar un bloque de hielo a la fabrica de Nicolás
Moreno.
Todo
esto no hubiera sido tal vez una realidad, sin la colaboración de
Antonia Gago, su esposa que era la parte menos visible, pero siempre
ha estado en plano de igualdad en el trabajo con su esposo.
¿Y
por qué Chisparra?. Cuando abrió el bar, al comienzo, no tenía un
nombre, y un día comentando el tema entre varios clientes, entre
ellos mi padre, Juan Medinilla Pacheco le propuso, a la vista de un
resto de residuos de carbón que estaba en un rincón -que se vendía
especialmente para prender tanto la hornilla como el brasero, y se le
conocía en Ubrique como chisparra, por la cantidad de chispas que
salían cuando prendía el fuego- ¿Por qué no le pones Chisparra?
Etiquetas:
Historias de Ubrique y sus personajes
Suscribirse a:
Entradas (Atom)