martes, 6 de noviembre de 2012



El Bar Chisparra o la televisión en Ubrique.
De izda. a dcha. y de arriba a abajo.Olmedo y Ventura debajo Manolo Fernández y Erminia Vecina, Critobal OlmedoRivera, joven desconocido para mi y Angel Rios. Por debajo de Manolo, estoy yo, debajo mi hermano Federico y debajo de él Diego Sánchez Temblador, a su altura María Bohorquez Pérez, fumando Juan Moreno Machuca y Antonioo Carrillo con el niño Antonio Román Marquez
Hablar de la televisión en Ubrique es hablar de dicho bar. Este bar tuvo un emplazamiento anterior, dos puertas más arriba del Callejón del Santo, que además de ser la casa de sus dueños, tenía una forma de ele, que daba también a dicho callejón. Donde Antonio Carrillo, que era el propietario, tenía una carbonería, que hasta entonces había sido su medio de vida. Tenía un par de mulos, acarreaba carbón y luego lo vendía su mujer en esa parte final de la casa.
Este hombre era una persona bastante culta en su tiempo, ya cuando tenía el bar solía hacer el crucigrama del ABC todos los días y daba gusto escucharlo hablar de temas que normalmente estaba bien informado.
Cuando llegó la televisión a Ubrique uno de los primeros que la instaló fue D. Norberto Aparicio, un fabricante de artículos de piel, que tenía un gran prestigio en el mercado nacional.
Vivía este señor en la calle Real y en el mismo edificio tenía su casa, como Ubrique está en un valle, las ondas “nos pasaban por arriba”, por esto había que buscar altura para instalar una antena, que en los comienzos, eran todas individuales.
Primero fue Aparicio quien instaló su antena, exactamente un cable desde su casa hasta la cruz del tajo, dicho tajo puede tener unos 90 mt. desde la base y otro 70 mt. de desnivel hasta la casa, más la distancia, por encima de los tejados. Bien podía tener unos 250 mt. de longitud, y así ya podían ver la televisión.
Antonio con el pequeño bar primigenio, no le iría mal cuando se metió en comprar un local frente al San Antonio, antes había estado allí la fabrica de Chaves. Más adelante se hizo su vivienda encima.
Al comienzo lo alternó durante un tiempo con Juan Benítez, barbero procedente del Bosque, que se trasladó aquí con toda su familia, allí en un espacio puso su sillón y su espejo y la gente entraba tanto a tomar un vino como a pelarse.
Allí he visto también a Antonio tomar unos alicates y en el sillón del barbero sacarle una muela a un hombre que estaba desesperado. Esa era lo odontología de la España de Franco en los 60, sobre todo en pueblos. Que también es para dedicarle en artículillo.

Estos eran tiempos de cambio acelerados de progreso de una España agraria y muy retrasada a algo más moderno, por tanto el carbón estaba en desuso, cada vez más, comenzaba el infernillo de petroleo o mineral, que también trataré su historia en otra ocasión.
Antonio que era una persona con visión comercial, instaló su televisión en el bar, de los primeros aparatos que hubo en el pueblo. También tuvo que instalar la antena en la Cruz del Tajo, Le cogía un poco más cerca que a D. Norberto
Como era una novedad y tenía un poder de atracción impresionante, el bar se le llenaba de niños, muchas veces hijos de los clientes habituales o vecinos y otras veces de lugares bastantes distantes. Ante esto Antonio se puso en la puerta y a todo niño que no consumía le pedía una peseta y los ponía debajo del televisor que estaba en alto. Y así todos contentos.

De esta manera pudimos ver los resúmenes de los partidos de fútbol que se ponían los lunes por la tarde, corridas de toros, series como Bonanza, El hombre de Cipol, concursos como Gane Ud. su viaje, que conocimos a un tal señor Castaño, que lo sabía todo de Hamburgo, Los primeros estudios 1 que ponían en pleno Franquismo obras bastante avanzadas en su tiempo, de autores que años después pasaron a ser malditos par el régimen. Hasta el Tenorio lo vi con mi tía María López.
También fue uno de los primeros bares que tenia nevera y en verano le fui más de una vez a comprar un bloque de hielo a la fabrica de Nicolás Moreno.
Todo esto no hubiera sido tal vez una realidad, sin la colaboración de Antonia Gago, su esposa que era la parte menos visible, pero siempre ha estado en plano de igualdad en el trabajo con su esposo.
¿Y por qué Chisparra?. Cuando abrió el bar, al comienzo, no tenía un nombre, y un día comentando el tema entre varios clientes, entre ellos mi padre, Juan Medinilla Pacheco le propuso, a la vista de un resto de residuos de carbón que estaba en un rincón -que se vendía especialmente para prender tanto la hornilla como el brasero, y se le conocía en Ubrique como chisparra, por la cantidad de chispas que salían cuando prendía el fuego- ¿Por qué no le pones Chisparra?

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