viernes, 29 de octubre de 2010

A Marcelino Camacho

Hace unos días escuché por la radio había muerto Marcelino. Me quedé un poco sorprendido de no haber escuchado nada de su gravedad, al rato desmintieron la noticia, pero confirmaron que estaba muy grave hospitalizado.
Ya anoche escuché que por desgracia había muerto.Enseguida me viene al recuerdo lo que he sabido de él, a lo largo de estos trentaintantos años.
Este fue uno de esos sindicalistas del tardo franquismo, que tomaron el Sindicato Vertical del franquismo para reventarlo, copando todos los puestos que pudieron, para que aquella pantomima de sindicato sirviera en la medida que se pudiera a los trabajadores españoles.
Paralelamente fueron creando una primera comisión obrera, si mal no recuerdo en una empresa vasca para un problema concreto. Aquello dio resultado y comenzaron a crear otra y otra. extendiéndose por toda la  España más industrializada.Tambien en la empresa que trabajaba él, la Perkins
El siguiente paso fue articular todo aquel movimiento sindical hasta crear un sindicato de clase.
En esto en una de sus reuniones en los bajos de un convento en Madrid, entró la policía y los pilló a todos con lo cual descabezaron aparentemente al sindicato CC.OO., pero no, siguió mientras estaban presos, entre otras cosas por la efervescencia política y sindical (más lo segundo) en esos momentos.Y que  se contaba con cuadros sindicales ejercitados en el Vertical y en la clandestinidad, donde siempre sobresalieron los de la USO. pero no era un sindicato de masas, entre otras cosas porque UGT y CC.OO. se las apañaron para que del patrimonio sindical se repartiera sólo para ellos y los demás, no recibieran nada o casi...
Cuando salió de la cárcel aun recuerdo aquella magnifica foto del abrazo con su esposa Josefina. La foto dio la vuelta a medio mundo por lo que suponía dentro del proceso de la dictadura a la democracia. Años de pues estuve buscando aquella foto para pintarla y no pude encontrarla, pero con el tiempo me seguía pareciendo emocionante. Al menos a mí me transmitía ese sentimiento.

Desde que lo conozco nunca destacó por llevar una ropa distinta cada día, mas bien al revés, solía llevar un jersey de cuello vuelto hecho por su señora o una cazadora, en invierno y una ropilla muy corriente en verano.
Nunca supimos cual era su sueldo pero por su vida y costumbres seguro que no era el equivalente a 2500e de D. Cándido, ni los más de 5000e que he escuchado en algún lugar de Fernádez Toxo. Y que yo sepa tampoco hizo cruceros de lujo, ni tuvo chofer, ni coche oficial y seguramente tampoco la Visa Oro del sindicato.
Pero siempre fue una persona dialogante que ante una situación de crisis fue de los que hicieron los Pactos de la Moncloa, que nos sacaron de la situación arrastrada durante los últimos años del dictador y primeros de la democracia.

En su contra tengo que decir que la jugada del patrimonio sindical, que le hicieron a los sindicatos minoritarios (y yo era de la USO),  me pareció muy feo entre compañeros de viaje.En su lucha también llevaba hacer desaparecer a los pequeños, incluido el más antiguo; CNT.
Tambien influía que los pequeños no tenían un partido paralelo y los grandes sí, y  lo aprovecharon para tener ventajas.
Por encima de todo esto queda mi admiración por un sindicalista fiel a la clase obrera, insobornable, discreto y con un buen sentido común tan escaso hoy en tantos cargos.

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