Personas sencillas que
hicieron cosas extraordinarias.
Juan
Conde y su compañero Norberto Moreno.
Juan
Conde era un trabajador de base, poco hablador, muy
observador, delgado y con el cabello rizado, de los primeros
militantes de la HOAC -Hermandad Obrera de Acción Católica-
generoso y convencido que había que sacrificarse para que futuras
generaciones tuvieran todo lo que nos falto a la nuestra, como tal
fue designado a dedicarse a vender libros de su editorial ZYX, que
son las últimas letras del alfabeto pero invertidas en el orden..
Esta
editorial se dedicaba a hacer libros -normalmente de bolsillo- con
temas que nos interesaban a los obreros, que era una formación
básica para cambiar las cosas a favor de la clase obrera y no como
venía siendo en la dictadura, favoreciendo siempre al capital.
En
ella conocí a un joven Enrique Barón, a líderes republicanos como
Salvador Seguí, Angel Pestaña, Pablo Iglesias, Machado, Lorca,
Hernández, Alberti etc...y sobre todo otro tipo de literatura.
Agrupación de Trabajadores Independientes (ATI) 1983 |
Para
este menester buscaron personas dispuestas a estar todo el día en
carretera, visitando los distintos núcleos de trabajadores inquietos
o contactados por la HOAC. Cosa que existía en Ubrique.
Venía
en un dos caballo de Citroen, viejísimo, con averías continuas,
también por el pésimo estado en que solían estar las carreteras,
no mucho peor que hoy, que también están de pena.
Norberto
creo que Moreno, era una persona cercana a los 60 años, metidos en
carnes con una magnífica voz de barítono que demostró en algunas
canciones de las que cantamos en grupo.
Este
hombre venía liberado por la organización desde Santander a dar
Cursillos de Iniciación por toda España, cada cursillo duraba una
semana durante dos o tres horas diarias.
En
Ubrique habíamos en torno a veinte personas que lo hicimos aquella
vez, habiéndolo hecho antes otro grupito. Había el matrimonio
Emilio Rubiales y Rosario Villalobos, Juan Ríos, Paco Lamela,
Cristobal Gómez, etc...y varios más de la cooperativa CIUCO, que
nació de la reforma que se hizo en la Sacristía, que a su vez fue
orientada y promovida por otra cooperativa que se creó en Lebrija,
también promovida por el sacerdote Manolo Rodríguez Pérez.
Y
además Joaquín García y yo, que al final fuimos los únicos que
terminamos el Plan de Formación. Era bastante duro y sacrificado
para personas que teníamos que trabajar 13 horas diarias, gran parte
del año. Exigía estudio continuado y muy árido, compromisos de
acciones concretas, por tanto para personas mayores con hijos era muy
difícil en Ubrique. Por ejemplo al cursillo Emilio y Rosario tenían
que ir con el primer hijo, y embarazada del segundo, durante 2 ó 3
horas diarias.
Un
día llegaron un poco tarde, venían desde Jerez todos los días y
aquel día el Citroen comenzó a calentarse, enseguida echaron mano a
su forma de actuar ante los problemas -Ver, Juzgar y Actuar- y
pensaron si cada 15 minutos el coche se para y cuesta trabajo
arrancarlo, controlamos el tiempo y cada 13 paramos se enfría y
luego arrancamos sin dificultad, así vinieron desde Jerez-Ubrique,
unos 80 kilómetros.
Manifestación por un convenio justo |
Pero
lo importante es esa manera de actuar ante los problemas que
descubrías a través del plan de formación, El Plan Cíclico, que
era un ver como estaba el mundo organizado desde lo óptica
individual, colectiva e institucional. Se analizaban los hechos, se
juzgaban a la luz del humanismo cristiano y nos comprometíamos
semanalmente con compromisos individuales, colectivos e
institucionales.
Con
el paso del tiempo y tus acciones conseguías una visión del mundo,
un modo de vida y de actuación que lo íbamos volcando en nuestro
alrededor transformándolo y de ahí los cambios cuantitativos y
calificativos que fueron sucediendo en Ubrique, pasando de una
sociedad centrada solo en trabajar a una sociedad donde se valoraban
otras cosas, además del trabajo.
Por
ejemplo los hijos de nuestra generación han sido la mayor cantidad
de universitario, por habitantes de España.
No
es que dependiera de nosotros todo ese cambio, pero sí que en
Ubrique por ahí comenzó el cambio. Desde la Iglesia católica,
sobre todo.
Por
esto cuando alguien habla mal de la Iglesia en general, o estúpidos
que incitan a incendiarla, es por una ignorancia enciclopédica digna
de ir a clases, porque en el cambio democrático que se hizo en
España, una parte importante de la Iglesia española estuvo estuvo
con el pueblo codo con codo, sirviéndonos con su locales y dando
formación.
Una
vez fuimos Joaquín García y yo a Jerez a un cursillo que vino a dar
un sevillano afincado en Madrid, Manolo Salinas, para un grupo de
iniciación de jóvenes de la JOC, donde conocimos a varios jóvenes
muy interesantes en sus planteamientos, sobre todo un tal José López
y un tal Rafa, que era un tipo simpatiquísimo, ambos estuvieron
luego en Ubrique y Salinas me lo encontré en Madrid.
Cuando
terminamos nos acercamos al Pelirón, es el barrio donde vivía Juan,
no estaba en su casa y nos atendió la esposa, una señora sencilla y
agradable y hablando del convencimiento de su esposo, nos contaba:
cuando le digo Juan los niños no tienen sábanas, Juan contestaba;
los que vengan detrás las tendrán de sobra.
Este
era el espíritu de aquellos sindicalistas y militantes obreros de
las primeras hornadas que dieron su vida y hacienda por mejorar a
todos los trabajadores españoles. Y en Ubrique nos aportaron sus
“granitos” desinteresadamente.
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