lunes, 26 de octubre de 2015

Viaje a París.

Desde Manilva nos va muy bien ir en nuestro coche y dejarlo en el aeropuerto. Existen aparcamientos de Aena, Labacoya, 1 Parking, y alguno más que por poco dinero te tienen el coche, te lo recogen y te lo entregan a la vuelta limpio. Hay que preguntar precios porque hay distintas clases de aparcamientos.

Es muy conveniente si no conoces París ni hablas francés, llevar recogida del aeropuerto y la vuelta. Es barato y te quita de problemas de ida y venida.
Como no conocíamos París llevábamos contratado dos días de autobús turístico. El primer día hicimos el recorrido completo, ya el segundo sabiendo dónde estaban las cosas que nos interesaban subíamos y bajábamos, veíamos y otra vez a subir.


Hay varias compañías que bien se pueden contratar desde la agencia de viaje, pero recomiendo mejor hacerlo desde el hotel, sobre todo por proximidad de paradas.

La Asamblea Nacional

Hay diferencia de unas a otras en calidad de vehículos y recorridos. Con una misma empresa puedes recorrer hasta tres circuitos-sobre todo si tienes poco tiempo y deseos de ver mucho. Cuando llegues a un lugar te bajas y después de ver lo que te interese, te subes y sigues circulando.

La cocina francesa no sé dónde encontrarla,mucha gente comiendo por las calles, restaurantes, por ejemplo cerca de nuestro hotel, tailandéses, turcos, italianos, indúes, pizzería de venta rápida, pequeños super que tiene un mostrador o mesas a la entrada, con máquina de café y microondas, puedes comprar lo que quieras y calentarlo y comértelo allí, lógicamente platos preparados, ensaladas, frutas. Sale más barato, pero...


Los italianos que hemos visitado, los mejores para nuestro gusto. Comimos en otro que ponía en la puerta comida francesa, nos pedimos una especie de ensaladas muy fulleras en su confección, la que llevaba atún, en cantidad, le pusieron un buen montón de mayonesa, la otra unas cuantas lonchas de jamón cortado a máquina y bastante insípido. No quisimos postre y nos tomamos un té verde muy bueno. Los cafés muy cortitos aun los largos, y malos de sabor. No saben a café.

Nunca he visto en ningún restaurante español- y he visitado de todo tipo- unas mesas tan pequeñas, era imposible meter los platos con una pizza y una ensalada, un par de vasos y botella de líquido. Pero no era uno, eran todos los que entramos, solo los turcos tenían mesas algo más grande.
Los dulces de la confitería esos sí son muy buenos, tienen mucha variedad y poco de bollería.
Los panes también tienen mucha variedad y calidad y además mejor cocidos que en España, que últimamente suelen estar medio crudo, sobre todo en los super y tienda.


A este Bulevar le ocurre como a toda las grandes calles europeas, la gente no puede vivir por los precios tan altos que solo los pueden pagar las grandes empresas, para sus oficinas.


Nosotros como aficionado al arte y arquitectura, hemos estado sobre todo en Museos.
El D´orsay es un edificio espectacular y dentro alberga gran parte de la pintura del siglo XVIII-XIX y algo del XX.,tiene en las nave central una buena colección de los mejores escultores de la época. Incluyendo Rodín, pero para ver más hay que ir al suyo, que cierra los marte. No todos los hacen los lunes. Nos dio tiempo de verlo entero, aunque había cuadros como Olímpia, que no estaba colgado por préstamo.
El arquero de Rodín. Observar la pared
Vimos cuadros de pintores rusos impresionantes por tamaño, técnica y ejecución, tan grandes que muchos de ellos había que fotografiarlos un poco de lado para que saliera entero.

Entrando a la parte alta que es donde están todos los primeros impresionistas lo primero que nos encontramos es un buen cuadro del maestro Sorolla, que no había podido ver en ninguna de las exposiciones que he visto de él, nada más que en libros, allí me tiré un buen rato mirando detalles. Brillaba bastante y tuve que sacarlo medio tendido. Había algunos más de mediano tamaño.

Tienes todas las “facilidades” par sacar fotos, no nos han puesto pega en ningún museo, pero mucha dificultad en sacar fotos porque la mayoría de pequeño tamaño tiene cristal de protección, los grandes algunos tienen tantas capas de barniz que brillan lo suficiente como para tener que sacarlo de lado.
Otra cosa a tener en cuenta son los horario. En España suelen cerrar sobre las 8 de la tarde, allí a las cinco o las seis cierran, según museo.


Con lo cual museos como El Luvre tienes que ir rápido si le dedicas un solo día porque hay 38.000 piezas expuestas y hay que tener en cuenta que salvo llegues muy temprano tienes que hacer una enorme cola para entrar, dentro se compra la entrada y seleccionas la galería que vas a visitar, son tres. Escogimos primero donde está la Gioconda está arriba del todo, delante se pone una buena cantidad de gente intentando acercarse, pero está retirada unos cuatro metros, con cristal el cuadro, no se ve bien, tienen allí cuatro o cinco persona para seguridad, les sale más barato ese personal que asegurarla.
El cuadrito que está por el centro es la Gioconda y toda las personas están por allí esperando un hueco.


El ala que está dedicada a la pintura española estaba cerrada, según decían por obras pero lo cierto es que los cuadros seguían colgados, más bien parece por ahorro.

 
Tuve que sacarla de lado porque de frente me brillaba el cristal protector
Y lo que corresponde a la pintura francesa destaca Jean Luis David con todo una enorme sala con los mejores cuadros de él. Algunos desconocidos para mí. Hay de otros pintores menos conocidos pero con verdaderas obras de arte.También Tiziano tiene otra gran sala dedicada a él. 



Supongo que estos artistas que pintaron obras tan buenas y enormes de tamaño deberían tener unos talleres a modo de empresa, porque sino es imposible que a una persona le diera tiempo de hacer tanta obra y de tan colosales dimensiones.
Hay que ver las salas más pequeñas que son donde están algunos impresionistas y artistas de menor renombre, pero con obras muy buenas.



Entre ellos vimos tres Zuloagas, uno con una mujer enana que jamás había visto. Un autorretrato y un retrato de un hombre con dos cuadros de retratos en blanco y negro, colgados en la pared, muy buenos.

 


Lo de dedicado a los muebles e interiorismo lo fuimos paseando y deteniéndonos en algunos cuadros y esculturas.
También algún mueble nos llamó la atención
Hay una colección de cuadros pequeños y bocetos de grandes artistas del XXVIII donados por una señora que vale la pena de verlos.
Los patios están llenos de esculturas que fuimos viendo de paso o desde arriba. Si le gusta el arte egipcio allí tiene donde entretenerse y del etrusco aun más esto fuimos viéndolos al paso y deteniéndonos en algunas cosas para comprobar fechas, que dejan asombrados que hace miles de años tuvieran técnicas tan perfectas,en orfebrería, cerámica, escultura, construcciones,escrituras, etc..


Hay que ir viendo los techos y paredes porque hay verdaderas joyas del arte y la decoración. Hay uno que sobre sale más aun si cabe. Donde están las joyas de la coronación de Napoleón y Josefina, sobre todas los “pedruscos”que tienen engarzados. Algunos únicos en el mundo.
A las cinco, hora muy torera en España, se quitan los “pañetes”( esto para los ubriqueños) y comienzan a desalojar las pocas personas que van quedando. Salimos por la puerta del Jardín de las Tullerías, que tantos cuadros pintaron allí los impresionistas y nos encontramos con unos jardines grandes pero que ya “no eran lo que eran”. Eso sí, llenos de gentes aprovechando unos rayos de sol poniente, que calentaban al personal que frio, hacía bastante.

Me dirigí a una pareja de polis en bici para preguntarles la parada para ir a la plaza de la Bastilla, que está cerca del hotel. Nos indicó que rodeáramos el Luvre y tomáramos la Avenida Rívoli. Una larga avenida de unos 5 kilómetros que anduvimos viendo tiendas de todo tipo, cadenas que desconocemos en España. comimos unos dulces riquísimos. Tienen muy buena pastelería.


Todo el centro de París -que es enorme- no recuerdo de haber visto un bajo que no sea un comercio, restaurante u oficina. Entre ellos la mítica motera Harley Davison, que abarca tres bajos de unos bloques larguísimos, todos llenos de motos de su marca.







Otra visita que teníamos interés era al barrio de Montmartre, nos aconsejaron cuando pregunté en la recepción del hotel el autobús para subir, que tuviésemos cuidado con el barrio que queda debajo, que se habían dado casos de atracos a turistas que o bien van despistado y se meten en calles poco utilizadas, que mejor ir en grupos. 
Lo cierto que íbamos solos pero cuando nos bajamos vimos que había como un grupo organizado de jubilados subiendo al barrio, nos unimos a ellos y poco más arriba había una parada de un microbús que tomamos por un euro y en un instante nos puso arriba.
Había bastante gentío por las calles, con casas de dos alturas o tres,  casi todas, algunas galerías y una placita con numerosos pintores haciendo cuadritos muy pequeños que venden por buen precio, algunos son buenos pintores y otros son pintores que hacen cosas que venden, pero como en plan fabrica.

Callejeando fuimos a la zona trasera que había un local y jardines que era zona de los impresionistas. Pero como eran las 6,30 y cerraban a las 6 pues... desde allí vimos unos bloque enormes que tenían algunos hasta 7 u 8 alturas, buenas edificaciones, pero se habían cargado el encanto de las primeras casas que quedan de otra época.



Por delante de la Iglesia Sacre Ccur, existe una escalinata y debajo una calle ancha
Había una actuación de un joven negro africano que me pareció que cantaba en suagili, no tenía mala voz pero como guitarrista era regu. Allí la gente sentada escuchando respetuosos, por debajo desmontando unas casetas, como de haber existido una feria o mercadillo y como fondo unas vistas de París que no se podían ver mejor por los arboles que hay.
También aquí te vende que son las mejores vistas de París, al igual que en la Plaza del Trocadero, cerca de la torre Eiffel. En la misma torre, igual que en Notre Dame, el Ponpidou, las barcazas del Sena. En todas te venden lo mismo.

Pasear por París nos ha gustado bastante, hay mucha arboleda por casi todas las bulevares, menos en la zona que está la Opera Garnier, que le exigió a Napoleón III que no podía dejar que su teatro quedara oculto por hojas y ramas.

Se ven pocos perros por las calles, por tanto rara vez excrementos y nunca sueltos. Lógicamente ahora en otoño hay muchas hojas por los suelos, que suelen limpiar, pero si lo limpian por la mañana siguen cayendo, y por la tarde hay de nuevo.

Mucho sonido de sirenas de poli y bomberos pero no hemos visto robos, tirones,etc...Pero gente pidiendo, normalmente rumanos, con niños menores, en horario escolar y muchos mayores haciéndose el lisiado, que la gente no suele hacerles mucho caso. Al igual que aquí. Tampoco hemos visto gran cantidad de sintechos, más bien pocos, algunos que eran ayudados por jovenes con macutos y viveres. Musicos callejeros tambien pocos pero algunos muy buenos, eran grupos de gente joven.

Todo el puente lleno de candados
 








A la vuelta al aeropuerto es mejor irse como con cuatro horas de antelación que no vas muy sobrado, sobre todo si te pilla una hora de entradas o salidas del trabajo o colegios. Estoy hablando del aeropuerto de Orly, otros quedan más lejanos.
Hemos dejado cosas por ver: una expo de Andy Wahool, El museo Rodin, de la Evolución del Hombre, Gran Palais, Pequeño Palais, no subimos a la torre Eiffel, ni visitamos ninguna de las Galerías Lafayette, pero sí hemos estado por bastantes zonas del París más antiguo, por sus grandes boulevares.


El idioma no ha sido mucho problema para nosotros. De francés poquito, algunas palabras que me quedaron de los cantantes de los 60 y 70, y unas cuantas que tenía anotadas de un “curso rápido” que nos dio nuestra amiga Ana Mari Sánchez Pozo, con motivo de un viaje que hicimos con Pepa Pérez al Pirineo aragonés y sur de Francia, cosa de guardar y ahora encontrármelo, que nos ha servido.

En recepción del hotel había una joven que hablaba muy bien el español, otra que se defendía entre inglés lo que no se acordaba del español. Muchos conductores de autobús saben un español más o menos correcto,a veces con cuatro palabras de italiano, también nos hemos apañado.

Para Roma ya tengo un curso de Italiano que lo haré, también dije lo mismo del francés y luego lo he ido dejando...
Nos han ocurrido hecho bonitos con el idioma: en un autobús le pregunté al conductor qué si su autobús paraba en un lugar, en inglés, él se empeñó en hablarme en francés muy rápido, no le entendía nada.
Se nos acercó una joven y nos dijo que era estudiante de español que si nos podía ayudar, se lo agradecí y no pudo sacarle la información al conductor. Porque ella que era francesa, tampoco lo entendió.


El día que bajamos de Montmartre, nos subimos en otro microbús distinto de la subida, cuando llegamos a un punto paró se bajaron todos y yo mirando si quedaba algo cuando me dijo C´es fine. Me acerqué y le pedí: por favor próxima parada de bus, nos indicó por donde.
Llegamos y nos encontramos que había dos autobuses distintos números, pero no había un plano con los enlaces y recorridos. Se lo estaba comentando a mi “contraria”. Cuando se acerca una señora morena, guapetona, más o menos de mi quinta, y nos dijo: soy española, los estoy escuchando hablar en español ¿Necesitas ayuda? Le dije : viene Ud. como caída del cielo, porque tenemos este problema para enlazar y llegar al Sena.
Nos dio la solución, la acompañé a su autobús y le pregunté qué la había llevado allí. Me contestó “el 23F” que nos vinimos antes que nos mataran. Se cerró la puerta y ya no pudimos continuar.
Este edificio es Los Invalidos, creado por Napoleón de hospital de soldados enfermos y ancianos, tiene otra parte que es escuela  militar e iglesia. Está junto al museo de Rodín cerca de Campo de Marte y la torre Eiffel.

El último día salíamos a las 2.20 y como hay que ir al menos con cuatro horas de antelación, no quisimos retirarnos mucho, además había una temperatura entre 1 y 3 grados, con un viento fuerte que metía el frio hasta la médula, nos paseamos un rato pero nos fuimos al hotel porque yo había pasado un resfriado y mi esposa lo tenía de los buenos.
Llegaron como media hora antes a recogernos y nos dijo que si nos importaba ir un poco antes, porque tenía que recoger clientes de dos hoteles, era un furgón de 9 plazas. No tenemos problemas. 
Interior del Museo D´orsay, fue una estación de tren.
 

Nos dio un rodeo por una zona que no habíamos visto, donde quedaba el Moulin Rouge y el Moulin de la Galette, la estación de San Lázaro la plaza de la República, lugares muy significativos para los impresionistas. 
Estas cosas no pude fotografiarlos, al paso del vehiculo pude dos intentos pero saqué medio y medio Molino Rojo.










Nos sacó por la periferia, rodeando parte de París donde hay oficinas y talleres de las grandes empresas francesas y multinacionales. Y vuelta a España.
Al Pompidou le dedicaré otro trabajo por ser cosa aparte.

Octubre del 2015







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